En un suspiro, en lo que se tarda en cambiar de canal de televisión o beber un vaso de agua, en 18 apasionantes segundos la Liga dio un inesperado vuelco. A las 22:46 horas, el Barcelona se sentía ganador, acariciaba el título gracias a su victoria ante el Espanyol, a la derrota del Real Madrid en Zaragoza y al empate del Sevilla en Palma de Mallorca. La afición del Barcelona afinaba su voz para entonar lo que se suponía que iba a ser un alirón anticipado. Sólo quedaba el tiempo de prolongación para dar por finalizada la penúltima jornada de Primera división cuando ocurrió lo impensable....
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